Kony y la relación entre cine y verdad

Hace poco Huracán Brown me comentaba que tenía la idea de grabar una serie de videos breves para Internet que reflexionaran sobre cine. Me invitó para hacer el primero. Sugerí el tema de la relación entre el cine y la verdad. No tenía el contenido aún muy claro, pero me acordé de una serie de tuits (algo crípticos) que había escrito en mi cuenta de Twitter sobre Eadweard Muybridge y de algunas reflexiones que había hecho sobre Presunto culpable en una sesión de Psine-debate que organiza la carrera de Psicología de la UABC. Conecté las ideas y agregué otras y días después salió esto:


Tras algunos comentarios que he recibido, he notado que las connotaciones de la palabra "verdad" pueden pesar más que mi argumento. La verdad de la que hablo es más bien foucaultiana que cristiana. Creo que este comentario que hice en Facebook para responder una pregunta puede explicar mejor las cosas:
Mi punto es que el cine, aunque quiera, no puede representar La Verdad, es decir, una verdad eterna, sin alteraciones, objetiva (si tal cosa existe). El cine toma posturas, elige imágenes, palabras, discrimina información, acomoda un discurso, hace cortes, define planos, tomas, enfoques, insiste en rostros, en texturas, en alguna estética, decide qué voz entra y cuándo, de qué manera. Y eso no es necesariamente negativo, pero, ojo, sí es inevitable, y eso es lo que importa. Importa cómo eso tiene consecuencias en el espectador. Y cómo el espectador es el que puede darle el estatuto de verdad a lo que ve, y las consecuencias (sociales, políticas, históricas, críticas, narrativas) que esto implica. Ahí está la clave en la relación entre el cine y la verdad, y no en la postura "objetiva", "sin alteraciones", de este concepto.

Apenas ayer comenzó a difundirse el video y no pasó ni un día para que confirmara que tan errado no estaba. Ahora que vi el video Kony 2012 que se está volviendo viral en Internet me di cuenta de que hubiera sido un buen ejemplo de mi argumento del video.


Quiten Presunto culpable y pongan Kony 2012 y la cosa no cambia. Ambos hablan de temas urgentes, ponen sobre la mesa problemas que necesitan resolverse ya, y ahí está su valor. El problema radica en este discurso que insistentemente se asume como "verdadero" y que forza las interpretaciones del espectador naive.

Compartí un enlace que propone argumentos fuertes para desconfiar del estatuto de verdad que se auto-atribuye Kony y una persona me preguntó qué opinaba del video. Aquí va una parte de mi respuesta:

Hacer la chamba de crítica de cine te vuelve muy desconfiado con este tipo de videos. No le resto la urgencia al tema, para nada. Pero precisamente porque es un tema complejo debe tratarse con esa misma complejidad. Hablar de buenos y malos no es un buen inicio. Es un tema que puede prestarse para mover intereses (políticos y económicos principalmente) que no tienen nada que ver con la gravedad del problema.


Por falta de tiempo, dejo aquí el debate. Pero el tema continúa. Decifrar la relación entre la imagen audiovisual y la verdad puede desmontar esos discursos ideológicos con los que convivimos cotidianamente. Ahí está su mayor relevancia.